viernes, 17 de noviembre de 2017

Niveles de ruido


Lola, la gata fiel




Al hablar de fidelidad de las mascotas, la gente piensa inmediatamente en el perro; no obstante, las personas que tenemos la fortuna de recibir el amor y la compañía de un gato sabemos que la fidelidad y el afecto de un minino pueden llegar a los mayores límites de entrega. 

Los gatos desarrollan vínculos afectivos con sus congéneres cuando 2 o más viven juntos, pero el más fuerte de estos lazos es el que tiene un gato con su humano, que es más estrecho que con uno de su especie y que crece con los años. Tal es el caso de Lola, la gata fiel. 

Lola siempre está donde yo me encuentro, me sigue a donde quiera que vaya en casa, espera -y pide- apapachos y los brinda aunque yo no se los solicite. Duerme junto a mí y se despierta con el despertador. Me acompaña si estoy enfermo y me protege si cree que me amenaza algo, de este mundo y hasta del otro. Me recibe con maullidos y frotamientos al llegar a casa y me acompaña a la puerta cuando me voy a trabajar. Me demuestra su amor a su manera gatuna: con ronroneos, maullidos, suaves mordiscos, masajitos, frotándose en mis piernas, dejando que le rasque la panza y hasta regalándome bichos para comer. 

El amor de un gato es regalo muy valioso, pues el humano debe ganárselo a pulso. Ciertamente, el gato se encariña sólo con las personas que lo tratan bien, que lo aman, que le proporcionan alimento y abrigo... exactamente como le ocurre a los humanos. Y una vez que otorga su amor, es a toda prueba.  

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Escribano




Encantadora imagen de un “evangelista” del siglo XIX haciendo su trabajo de escribano en el portal de Santo Domingo, ciudad de México (publicada en la guía MX CITY en un post de Ana Paula de la Torre).

En la ciudad todavía se conservan oficios tradicionales como el de sereno, afilador, camotero, organillero, ropavejero, fotógrafo ambulante, repartidor de leche o cartero. Son personajes “útiles” de la vida cotidiana en los barrios y colonias, que hoy desaparecen poco a poco conforme lo hacen las necesidades que los justifican, para quedar en el recuerdo de algunos nostálgicos o de ciertos curiosos de la historia de los usos y costumbres de esta ciudad.

Demonia

Demonia es una breve colección de cuentos de terror que pretenden recorrer, según se lee en la contra portada del libro, “el amplio espectro de nuestras pesadillas y temores más arraigados”. Me parece que tal aseveración genera altas expectativas sobre el contenido y, para mi gusto, al final uno no puede evitar pensar: ¿Ya? ¿Eso fue todo el miedo?

Sin embargo, hay algo digno de señalar y de agradecer en estos cuentos: no hay zombies ni vampiros ni alienígenas ni ningún otro monstruo perseguidor de la raza humana con apremiantes necesidades alimenticias o en viaje de estudios antropológicos. En estos relatos el miedo, poco o mucho, sale de algo más elemental, más primitivo: la imaginación del lector, hábilmente conducida por la historia y luego desbocada por la ambigüedad intencional de su final.

En Demonia las historias empiezan con elementos rutinarios, banales, para luego irse volviendo algo cada vez más oscuro, con la aparición lenta pero persistente de “el mal” que se cierne como condición natural e ineluctable del entorno; una especie de cemento que mantiene unido el relato y le da solidez, pero que, como embudo, lo dirige hacia una única salida cuyo final desemboca en un hecho ambiguo desconcertante que deja abierta la puerta a la especulación del lector, a partir de una interpretación que estará basada en su imaginación y en los miedos que ésta despertó. No es un miedo a lo que leímos que pasó, sino a lo que suponemos que ocurrió.

Para mi gusto, el relato que mejo logra dicho efecto es el del espeleólogo “A donde voy siempre es de noche”. No es la historia en sí -que por sí misma es buena, bien escrita y no tiene un final que se sienta tirado de los cabellos-, es lo que creemos de ella lo que la vuelve aterradora. ¿De verdad era sangre seca lo que estaba en el piolet o sólo barro? ¿Iba en la mochila la cabeza del espeleólogo número uno? ¿Quién puede comprobar semejante historia si alguien se atreve a contarla? Este relato me gusta porque, de alguna manera, rompe la cuarta pared con el lector al decirle de manera directa que lo que leemos “puede ser una de esas historias que la gente cuenta en la carretera o en torno a una fogata”. Me resulta tan fascinante porque “siempre es más interesante toparse con un asesino que con un mentiroso”… o con un buen cuentacuentos.

Los otros cuentos no tienen esa maestría; sus finales se sienten falsamente neblinosos, como forzados para que encajen en un relato que no es el suyo: la mosca que sale volando del eructo del psiquiatra en “Moscas”, la tuerta de la fotografía en “El manuscrito…”, el sargento Gutiérrez mandando cerrar el búnker de cemento por si las dudas, o peor aún, la demonia con instintos maternales que inmola a todo el mundo menos a las cuatro personas que fueron testigo de la posesión satánica que protagonizó 20 años atrás…

No obstante lo anterior, me parece que Demonia resulta en general un buen conjunto de historias entretenidas sin más pretensiones que ayudarnos a pasar el rato con un poco de miedo.

Referencia:
Esquinca, B. (2011). Demonia. Primera edición. Oaxaca, México: Editorial Almadía.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Inteligencias múltiples


Las inteligencias múltiples de Gardner explicadas visualmente sin tanta complicación


viernes, 10 de noviembre de 2017

Amigos en Facebook


La ternura de los lobos




La ternura de los lobos es una historia que transcurre en la frontera de colonización canadiense en la segunda mitad del siglo XIX, entre bosques, páramos, nieve y un frío omnipresente. Frío que se lleva en la sangre y en la manera de ser de los personajes que, por sus orígenes raciales y educativos, son secos, contenidos y fuertes. La acción se ubica en una región de naturaleza hostil donde culturas diversas (escoceses, noruegos, franceses, ingleses, iroqueses…) entrechocan al estar obligadas a vivir en los mismos espacios y pelear por los mismos recursos.
El relato es denso, agobiante y por momentos desconcertante de seguir al cambiar de párrafo o capítulo pues mezcla las voces de la protagonista, el “yo” de la Sra. Ross, con las impersonales del “ellos”, los tiempos presentes y pasados de los personajes en una mezcolanza narrativa que para algunas opiniones es una manera “refrescante” de relatar, pero que para el que esto escribe resulta confuso, como atropellado y falto de orden; una especie de madeja con varios hilos sueltos.
El hilo principal de la historia no me parece del todo original, aunque los elementos con los que se cuenta y que le dan un carácter local  sí lo sean, pues quien haya leído El nombre de la rosa, de Umberto Ecco, reconocerá elementos similares del relato: documentos ocultos que encierran secretos poderosos que no se pueden revelar; pistas ocultas en trozos de papel aparentemente indescifrables; la muerte misteriosa de un personaje homosexual que desencadena dos búsquedas encarnizadas y opuestas, una dupla de investigadores con personalidades contrastadas y un misterio final que también se desvela en un “finis africae” (en este caso, un “finis canadiensis”) en medio de las muertes de quienes buscan acallarlo.
El aparente desenlace del relato se retrasa al grado que parece que vemos la acción como en cámara lenta: las acechanzas, los pasos sigilosos en la nieve, los tiros, las muertes de Stewart, Medio Hombre y Donald, todo ello lo estira la autora hasta el límite de los nervios del lector, quien en su interior pide a gritos que se defina algo, lo que sea, con tal de terminar con el suspenso agobiante.
El final queda como trunco, indefinido en varias de sus líneas narrativas y eso resulta frustrante: ¿Qué fue del trozo de hueso con la supuesta escritura india? ¿En qué acaba la participación del pobre Sturrock? ¿Qué sucede con Francis? ¿Qué hace el Sr. Ross? ¿Qué le depara a Line la vida en Dove River? ¿Qué hace la Sra. Ross una vez que descubre esa libertad y la posibilidad de amar a otro hombre? Este final de desenlace poco claro me hace recordar la escena última Lo que el viento se llevó, manteniendo hasta más allá del final el suspenso sobre el destino de los personajes.
El origen del nombre de la novela tampoco queda claro, ¿es referencia directa a los lobos que no se comieron a Line y sus hijos y “prefirieron” despacharse al caballo enfermo? ¿Es referencia a la emoción final de los sobrevivientes por las muertes de Donald o Stewart? ¿Es una metáfora que hace referencia al amor que nace entre la Sra. Ross y su guía indio Parker, ambos lobos en persecución de su presa Stewart? ¿Es referencia a todos los personajes, convertidos en lobos para poder sobrevivir en esas tierras inhóspitas, pero con afectos y amabilidades en sus corazones, en sus comportamientos?
El resultado de todo esto es un relato oscuro y agridulce del que no puedo decir que me haya gustado, pero tampoco que me haya desagradado en todo; es una indefinición similar a la del final de la propia novela.

Referencia:
Penny, S. (2011). La ternura de los lobos. Primera edición en español. Villatuerta, España: Ediciones Salamandra.


Libros frescos


Definiendo el aprendizaje móvil



El Aprendizaje Móvil (AM), o mLearning, tiene varias definiciones. Según Ramírez (2009) se puede entender, de manera sencilla, como el aprendizaje que toma lugar mediante el uso de dispositivos móviles; también puede hacer referencia al uso de una conectividad sin cables (wireless) de los dispositivos móviles que apoyan al eLearningo puede tratarse de cualquier actividad educativa que permite la interacción con algún dispositivo digital compacto. Para la UNESCO (2011) el AM es la integración de la telefonía móvil en el ámbito educativo para facilitar de manera instantánea el acceso a la información y a la comunicación con independencia del tiempo y la ubicación geográfica del usuario. En tanto que para Laurillard (2007) el AM es la construcción de conocimiento que realiza un aprendiz mediante el uso de tecnologías móviles. En cualquier caso, los elementos fundamentales del concepto son la movilidad de la tecnología y el aprendizaje individualizado.
En el AM, el factor “movilidad” es muy complejo, pues implica varios aspectos a tomar en cuenta de manera simultánea, según mencionan Ludvigsen et al. (2009): a) la movilidad en un espacio físico y en el tiempo por parte de un usuario que puede desplazarse a voluntad de una ubicación a otra a lo largo del día, según transcurren sus ocupaciones, y en las cuales, si tiene un momento libre o deliberadamente previsto, puede acceder a la información para estudiar; b) la movilidad tecnológica que implica el llevar consigo un dispositivo digital ligero y sin conexiones físicas a la energía o a la red, que se puede guardar en un estuche o un bolsillo; c) la movilidad conceptual, permitiendo el salto constante entre tópicos, temas o aplicaciones de software para obtener aprendizaje formal o informal, comunicación, entretenimiento o simple curiosidad; y d) la movilidad social que permite la interacción instantánea con otras personas o grupos en contextos de educación, familia, trabajo, redes sociales o entretenimiento.
Algunas otras de las características que tipifican al aprendizaje móvil  son: facilita la construcción de entendimientos, es fácil de usar y de organizar, cambia el patrón de aprendizaje a través del trabajo, permite dirigir de manera muy precisa lo que aprende el usuario, habilita el aprendizaje en cualquier parte y en cualquier tiempo, facilita la experiencia de aprendizaje tanto individual como colaborativa, ofrece una oportunidad de aprendizaje no tan formal a los aprendices no convencionales, ofrece auténtica flexibilidad de contenidos y momentos de acceso a través de una gran variedad de plataformas, favorece el desarrollo de habilidades tecnológicas, puede ser usada como complemento para mejorar un curso convencional, es una herramienta consistente con las posturas cognitivistas y constructivistas del aprendizaje, promueve una atención activa por periodos más largos, entre otros.
Para Cobcroft et al. (2006) la característica fundamental y el éxito del AM se basa en la adaptabilidad natural tanto con el bLearning como con los Nativos Digitales; con el primero, porque permite la incorporación menos traumática de las TIC en esquemas virtuales y físicos de trabajo que dan confianza al educando, y con el segundo, porque esta generación de jóvenes ya llega más experimentada en el AM ya que creció haciendo un uso constante de muchos dispositivos móviles (al hablar por teléfono, jugar, oír música o ver la TV, por ejemplo).
Para la UNESCO (2011) las características que están proyectando al AM como modalidad educativa indispensable en el siglo XXI se deben a que: a) La tecnología móvil ya está en manos de alumnos y docentes, lo que implica un ahorro en inversión tecnológica para los centros educativos; b) El número de usuarios de telefonía móvil crece de manera vertiginosa, por lo que constantemente se requiere aumentar el número de accesos a ancho de banda; eso eleva la importancia de la conectividad sobre el tipo de dispositivo; c) La conectividad se ha convertido en un nuevo derecho del ser humano en el siglo XXI; d) La posesión de un teléfono inteligente no crea división entre pobres y ricos; e) Muchos países en vías de desarrollo tiene escasos recursos en cuanto a libros de texto pero no en cuanto a tecnología móvil; y f) La tecnología móvil permite acortar distancias y desigualdades entre comunidades y personas.
Burgos y Lozano (2010) señalan las nueve características más importantes a considerar del aprendizaje móvil: 1) Acceso. Se refiere a la infraestructura tecnológica que permite ofrecer la conectividad móvil al usuario. 2) Ubicuidad. Acceso a información permanentemente disponible para consulta, referencia y aplicación en cualquier lugar, en cualquier momento y para quien lo demande. 3) Usabilidad. Para considerar el diseño y la adaptación del diseño y de los elementos gráficos y de texto que se presentarán al usuario en un espacio de pantalla menor al usual. 4) Eficiencia. Es la capacidad de consulta o descarga de información, sea porque se accede a ella o por que se demanda para enviar al dispositivo móvil. 5) Flexibilidad. Es su capacidad para proveer información, contenidos y recursos en distintos formatos digitales de presentación. 6) Seguridad. Para proteger los ambientes de colaboración y de a través de aplicaciones que aseguran el envío de información confiable. 7) Consistencia. Ofrece la posibilidad de alcanzar la información de manera confiable y fidedigna en el medio seleccionado, sin importar el recurso tecnológico que se use para accesarla. 8)Interactividad. Entendida como la posibilidad de hacer y responder de manera recíproca con otras personas a través del dispositivo. 9) Aprendizaje. Potencia el aprendizaje centrado en la persona, tanto independiente como colaborativo, la atención activa y el desarrollo de habilidades profesionales.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Globalización tecnológica e innovación educativa


En la Sociedad de la Información adquieren gran relevancia los activos intangibles debido a que se reconocen como formas de valor que potencian una economía basada en el uso de las ideas y en la aplicación de la tecnología (Lozano y Burgos, 2007). La característica más sobresaliente de esta sociedad es, precisamente, la de estar articulada alrededor de la tecnología, tanto en lo económico, como en lo doméstico o lo social. En esta sociedad del conocimiento las tecnologías de la informática, las telecomunicaciones y los multimedia marcan la pauta de su impulso. Ahora, la información, el conocimiento y la comunicación se han convertido en fuente de productividad, de riqueza y de poder. Los cambios que está provocando la globalización informática no sólo son económicos, políticos o mediáticos, sino también organizacionales, culturales, sociales y personales. Por ello es que se le considera una revolución.

Estos cambios influyen de manera directa en los planteamientos educativos, los cuales exigen adecuaciones de las prácticas docentes para poder mantenerse vigentes. Dentro de este contexto, la educación no es ajena a estos cambios y se ve afectada en todos sus niveles, tanto en la práctica docente en el aula, como en las estrategias y macroprocesos de las instituciones y de los elementos reguladores, los cuales no siempre van al mismo ritmo al que las demandas de la sociedad lo exigen. Por ello, Fullan (2002) recomienda que la manera de adaptarse a las sociedades dinámicas es desarrollando una capacidad de aprendizaje tanto interna como externa, con el fin de crear y recrear patrones coherentes. El cambio es la constante y la innovación es la regla.


Innovar en el ámbito educativo significa incorporar elementos nuevos o nuevas formas de usarlos, modificando con ello el proceso enseñanza-aprendizaje, creando nuevas metodologías de enseñanza, materiales didácticos o medios utilizados. Es de esperarse que la innovación educativa cambie un sistema para mejorarlo y, con ello, se mejore el alcance de sus metas educativas, pues como señalan Altopiedi y Murillo (2010), toda innovación supone un cambio cuyo objetivo implica una mejora en la calidad de algo, pero no todo cambio implica necesariamente una innovación.


Hoy en día podemos entender a la tecnología educativa como el medio para proporcionar una mayor diversidad de canales de comunicación y de aprendizaje para el alumno. Adicional a la instrucción presencial se avizoran materiales multimedia, cursos en línea vía satélite y por Internet que permitirán llevar la educación a regiones remotas o a personas con dificultades para acceder a los centros educativos. La flexibilidad de tiempo y lugar para acceder a los contenidos en cualquier momento y desde cualquier lugar, la liberación de los formatos calendarizados y se volverá relevante la capacidad de trabajar en grupos remotos, con alumnos de diferentes regiones de un país o incluso del mundo (Lozano y Burgos, 2007).


¿Cuál es el valor de las TIC en la enseñanza universitaria? Para Rodríguez (2011), De la Serna (2011), Blázquez (2001) y para Marquès (1999) sólo son recursos que por sí mismos no aportan gran cosa al proceso de enseñanza-aprendizaje. Para conseguir un adecuado aprovechamiento de las TIC, éstas deben incorporarse como un elemento que moviliza el profesor para crear un entorno propicio al aprendizaje y favorecer con ello el desarrollo de modalidades educativas con una mejor adaptación a las necesidades de los estudiantes. Pero incrementar la comprensión de los recursos TIC y acrecentar sus capacidades de uso, tanto de docentes como de alumnos, implica dirigir primero la atención a los dominios de aprendizaje de dichas tecnologías.


Huella digital


martes, 7 de noviembre de 2017

De nomofobias y cosas parecidas



Leía yo un post de la maestra Petra Llamas sobre la nomofobia y la adicción a los celulares en los jóvenes de hoy en día; me gustó porque pone de manifiesto una realidad punzante en centros de trabajo, espacios de entretenimiento o aulas: todo el mundo desea estar conectado todo el tiempo, y el mejor modo de conseguirlo es a través de su teléfono “inteligente”. Pero también evidencia el choque cultural de las generaciones, las que son poco o moderadamente digitales y las que lo son mucho.

Comparto con la maestra Llamas la preocupación de ver que nuestros jóvenes no tienen un buen sentido de la oportunidad ni mucho menos son capaces de diferenciar las prioridades de una circunstancia especial en un momento determinado. Quizá sea culpa de la inmediatez de la vida on-line que todo lo hace igual de urgente y todo se atiende al momento, aunque también es sin duda una clara evidencia de una adicción; ahí, aparentemente, hay algo psicoemocional que no funciona bien en estas personas y las hace codependientes de una vida virtual que, por asidua, interfiere realmente con su vida real.

Ese fenómeno lo veo cotidianamente en mis estudiantes: están en clase y constantemente quieren checar su teléfono, responder una llamada o un mensaje de texto, salen del aula y lo primero que hacen es ver su aparato, van por los pasillos con su celular en la mano, chocando con otros alumnos zombies que caminan sin fijarse por donde van, igual que ellos; si comen en la cafetería, tienen su dispositivo al lado, si trabajan en la biblioteca o en el laboratorio, igual. Su vida transcurre pegada al dispositivo. Y cuando se les pide que no lo usen en clase a menos que se requiera para una actividad de aprendizaje, se sorprenden de verdad.

Sin embargo, me pregunto también cómo verá un joven de esa generación la situación y si para él sería tanto o menos grave interrumpir constantemente una importante entrevista de trabajo por responder a mensajes de WhatsApp... menos grave, supongo. Si en todos sus aspectos cotidianos transcurren a la par que la consulta constante al dispositivo móvil, ¿por qué no esperar que el entrevistador atienda también a su celular?

A mi parecer la cuestión no es sólo de adicciones, es también un asunto de sociología contemporánea. De jóvenes con escalas de valores que cambiaron rápidamente y no se adaptan ya a las de sus mayores en la generación inmediata anterior. La vida digital intensa de los jóvenes es sólo un aspecto del rompimiento disruptivo con la continuidad cultural de sus padres, maestros y empleadores. ¿No es éste un caso como los que mencionan Baudrillard y Lipovetsky de ejemplo de la nueva individualización de la posmodernidad?

“Tempus fugit” suele decirse; hoy más que nunca es verdad para las generaciones digitales protagonistas de estos tiempos posmodernos.

lunes, 6 de noviembre de 2017

viernes, 3 de noviembre de 2017

Apariencias


Procesos de aprendizaje III: constructivismo


Por su parte, el constructivismo es la corriente educativa del postmodernismo que afirma que el conocimiento es un proceso mental que cada individuo construye para sí mismo día con día de acuerdo a sus necesidades y a su interacción con el entorno. En consecuencia, el conocimiento no es una copia de la realidad sino una construcción de la persona que se efectúa con los conocimientos previos que posee y con los que ya construyó su relación con el medio que lo rodea. El constructivismo implica un proceso activo por parte del alumno, ubicándolo como el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje, el cual debe construir su propio conocimiento a partir de la experiencia y la interacción con el medio ambiente. Lo que trae consigo que el profesor debe actuar como facilitador o guía, animando a los estudiantes a investigar, curiosear y construir el conocimiento mediante el análisis de situaciones reales, ya sea individual o de forma colaborativa.
Así, las implicaciones educativas que trae la perspectiva del constructivismo en el pensamiento postmoderno es, en la actualidad, la perspectiva predominante bajo la cual trabajan muchas instituciones educativas, particularmente de nivel superior, pues con ello se consigue: poner las riendas del aprendizaje en manos del educando, implicar de manera activa a las personas en el proceso de aprender, la formación de representaciones y asociaciones mentales que no necesariamente se reflejan en cambios de conducta visibles, la unión e interconexión de conocimientos, creencias, actitudes y emociones, y el relacionar la nueva información con la que ya se conoce para facilitar su interpretación. El nuevo paradigma es “aprender a aprender” y se vuelve la única guía fiable en una sociedad donde el conocimiento se crea, acumula y renueva continuamente.
Haciendo una interpretación epistemológica a la manera de González y Bernet (2005), quienes declaran que ni los supuestos históricos, psicológicos o sociológicos que llevan a la obtención del conocimiento, ni el estilo intelectual del tipo de pensamiento postmoderno son los ideales para generar productos pedagógicos, Barreto et al. (2006) señalan que el constructivismo presenta opiniones contradictorias y argumentos disímiles que producen confusión ya que sus planteamientos giran alrededor de una misma corriente a la que no proveen de homogeneidad en los criterios. Por tal motivo, estos autores argumentan dos objeciones importantes a la pedagogía constructivista: primera, tomar como verdades absolutas los supuestos del constructivismo da pie a que se sigan ignorando de fondo cómo es que los educandos construyen su conocimiento, qué posición debe adoptar el saber formativo en cuanto a esta dificultad, cómo influyen las características propias de las circunstancias y cuál es el mecanismo empleado por los docentes para ejercer influencia. Segunda, los planteamientos constructivistas hacen mucho más énfasis en la parte intelectual que implica un aprendizaje y dejan de lado factores de desarrollo morales, sociales, afectivos y de motivación, vitales incluso para que se dé el aprendizaje, pero que quedan puestos en un segundo plano porque no se entiende todavía con claridad la función que desempeñan.