La insuficiencia de una visión adecuada de diseño pareciera estar en lo que señala Onrubia (2008) en Aprender y enseñar en entornos virtuales respecto a "la significatividad psicológica" de los postulados constructivistas en que se basa principalmente la EaD. Esta estructura psicológica no puede asegurarse mediante la organización rígida de materiales y actividades, sino considerando la manera en la que el estudiante procesa dicho material; es decir que el proceso depende del propio alumno en términos de su experiencia, su situación personal y su estructura cognitiva.
En otras palabras, un diseño instruccional exitoso en EaD debiera estar pensado para un estudiante tipo en concreto y no para una gran masa de aprendices inscritos al mismo curso. Eso sería hablar verdaderamente del aprendizaje flexible que tanto menciona la EaD (y la UV) como una de sus principales ventajas educativas.
Algunos dicen que ello es imposible.
No es viable si seguimos viendo a la EaD desde la perspectiva actual, pero recordemos que ya hemos hablado de los OEAs, objetos de aprendizaje abiertos, los cuales pueden ser reutilizados en distintos marcos y por diferentes personas de acuerdo a sus necesidades y también readaptados en función de los requerimientos educativos.
El abordarlo desde esta nueva perspectiva es ver al proceso de aprendizaje a distancia como un "Microlearning" o "n-learning" (Burgos y Lozano, 2010), en donde se ofrece la información pertinente para cada usuario en específico en una situación concreta, a través de tecnología de ambientes inteligentes embebidos que propician espacios interactivos y variables en función del usuario. ESTO es la punta de las TIC puestas al servicio de la educación para hacer realidad un aprendizaje verdaderamente dirigido, personalizado y contextual.
En otras palabras, un diseño instruccional exitoso en EaD debiera estar pensado para un estudiante tipo en concreto y no para una gran masa de aprendices inscritos al mismo curso. Eso sería hablar verdaderamente del aprendizaje flexible que tanto menciona la EaD (y la UV) como una de sus principales ventajas educativas.
Algunos dicen que ello es imposible.
No es viable si seguimos viendo a la EaD desde la perspectiva actual, pero recordemos que ya hemos hablado de los OEAs, objetos de aprendizaje abiertos, los cuales pueden ser reutilizados en distintos marcos y por diferentes personas de acuerdo a sus necesidades y también readaptados en función de los requerimientos educativos.
El abordarlo desde esta nueva perspectiva es ver al proceso de aprendizaje a distancia como un "Microlearning" o "n-learning" (Burgos y Lozano, 2010), en donde se ofrece la información pertinente para cada usuario en específico en una situación concreta, a través de tecnología de ambientes inteligentes embebidos que propician espacios interactivos y variables en función del usuario. ESTO es la punta de las TIC puestas al servicio de la educación para hacer realidad un aprendizaje verdaderamente dirigido, personalizado y contextual.
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