4 de diciembre de 2025

Centennials sin competencias digitales

Imagen: Freepik
 

Coincido con la apreciación del profesor García Ull, de la Universidad Europea de Valencia, recientemente publicada en México en el diario El Economista: los jóvenes nacidos en los entornos digitales del siglo XXI (conocidos generacionalmente como los centennials) no tienen buenas competencias digitales. Casi todos ellos han crecido rodeados de tecnología, pero eso no garantiza que posean las habilidades digitales necesarias para un uso efectivo (ya no digamos crítico). Me consta, porque me ha tocado dar clases en los primeros semestres de ingeniería.

Tales competencias no son innatas a estas generaciones, como asume de manera errónea la mayoría de la gente que sigue tragándose entero el mito del “nativo digital”. En especial los progenitores de estas criaturas, a quienes desde los 2 años les dieron un dispositivo móvil para tenerlas entretenidas y que no dieran la lata, y que ahora las ven pasarse todo el santo día en las redes sociales, los videos de TikTok, las apps o jugando en línea.

Pero aquí hay una confusión grave: aunque estos jóvenes tienen mucha familiaridad con dispositivos como teléfonos inteligentes, tabletas o computadoras, su dominio a menudo se limita al uso cotidiano y de ocio, y no para el aprendizaje o el desarrollo de competencias laborales.

¡La frecuencia de uso de una plataforma digital no es una habilidad, señores!

Como señala la profesora Noemí Vilchis, del Tec de Monterrey, las tecnologías para vivir una vida agradable no tienen los mismos propósitos de uso que las tecnologías para el aprendizaje y el trabajo profesional.

No existen los “nativos digitales”. Ningún estudio educativo, sociológico o psicológico ha podido demostrar que quienes se iniciaron en la vida con las herramientas digitales tengan un entendimiento innato de las mismas (sorry, Prensky!). Por el contrario, sí hay investigaciones científicas que han podido comprobar, por ejemplo, el trabajo que les cuesta a los centennials el hacer una búsqueda correcta en línea y seleccionar información que sea veraz y de fuentes confiables. Tampoco les va bien con la programación, la creación de contenidos, la resolución de problemas, el buen uso de Excel o la seguridad digital.

La realidad muestra que existe una brecha entre la familiaridad con que se manejan los dispositivos electrónicos y las habilidades funcionales requeridas para su uso provechoso, por no hablar del entendimiento de su funcionamiento. Lo preocupante está en que la mayoría de estos jóvenes se cree ser un experto en tecnología.

De acuerdo a un estudio comisionado por Microsoft, para los centennials saber computación se limita a cuestiones como escribir en Word, ayudar a sus padres cuando usan la computadora, saber qué hacer cuando se bloquea la pantalla de la PC, saber mover el mouse, entre otras respuestas relacionadas con el funcionamiento básico de una computadora. También se identificó una falta de compresión sobre qué es programación y, en general, sobre los fundamentos de la computación pues, para muchos, la programación se reduce a tareas básicas como saber navegar en Internet para hacer sus tareas.

En resumen, nuestros jóvenes en general no cuentan con las competencias necesarias para hacer un uso seguro, reflexivo, crítico y creativo de la tecnología digital que tanto emplean cotidianamente para su esparcimiento. Se requiere una alfabetización digital más comprometida, por parte de padres y profesores. Una que vaya más allá del simple uso de herramientas y abarque competencias superiores como el análisis crítico de la información en línea, la creación de contenido digital, la gestión de datos y la ciberseguridad.

 

La premisa de los “nativos digitales” minimiza la intención de comprender la conexión de la juventud con la tecnología. Definir a los estudiantes como “aprendices digitales” los coloca al centro de la educación, en lugar de encasillarles en propiedades predefinidas y estandarizar el aprendizaje. 

– Nomeí Vilchis

 

 


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