El trabajar con estos recursos para
conseguir y compartir la información me confirma de igual manera algo que ya
comentaba yo en un bloggeo anterior, que los que aportan con sustancia en la web son los menos y los
que repiten esa aportación son los más. Así, uno encuentra casi la misma
información en casi todos lados… casi… Distinguirse está difícil así.
Así pues, me descubro con sorpresa
siguiendo el caminito de la mayoría de los que hacemos en masa esto de la
curaduría de contenidos. Es ahora cuando –con un escalofrío- me queda claro
aquel refrán de “pavimentar el camino de las vacas”; es decir, de aplicar sin
entender primero la intención del proceso, en este caso la curaduría.
Inma Jiménez y Antropomedia
hablan de las necesidades de posicionarse en la red y de promocionarse como
profesional en algún campo: “Twitter, no
es más que un lugar para posicionarse como conocedor de un tema en particular”.
Es perfectamente válido, pero creo que le falta algo. No basta con compartir información
en masa, hay que leerla, filtrarla y comunicar sólo la relevante; pero eso no
es todo. También es necesario aportar
de manera original. En este asunto, como en tantos otros, la calidad vale tanto
o más que la cantidad.
Por ello insisto en la pregunta, ¿para
qué queremos curar contenidos?
Creo que en la medida en que podamos ser
originales, en lo que decimos y en lo que compartimos, podremos aspirar a ganar
mejores audiencias y serán éstas las que, al conocer la calidad de nuestra
aportación, nos concedan el tan ansiado posicionamiento en la web.
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