31 de julio de 2025

¿Uso, abuso o dependencia?

 


En el reporte 2023 de la Encuesta nacional sobre disponibilidad y uso de tecnologías de la información en los hogares, el INEGI y el IFT señalaron que en México los usuarios de Internet son predominantemente jóvenes de 12 a 17 años (92.4%), de 18 a 24 años (95.1%) y de 25 a 34 años (92.8%). De todos ellos, el 97% usa algún tipo de teléfono inteligente.

Por su parte, el informe 2025 de Uso de móviles en México de la Agencia Branch señala que los usuarios mexicanos pasan más de 7 horas diarias metidos en Internet; de entre ellos, los jóvenes de 18 a 24 años registran el promedio más alto de uso, con 5.9 horas, de las cuales más de 4 horas son de conexión desde un teléfono móvil.

Pasarse tantas horas con la nariz metida en Internet, y en especial en el teléfono móvil, ¿es uso "normal" en estos tiempos? ¿A partir de cuánto puede considerarse que la persona abusa del consumo de Internet? ¿Cuándo se puede hablar ya de adicción? ¿Cuánto tiempo es "demasiado tiempo" y según quién?

No hay respuestas concretas a esto, pero sí cada vez más jóvenes ansiosos por usar su smartphone y meterse a Internet cada dos por tres.


29 de julio de 2025

Me, et al.

 



Empezar a escribir artículos académicos es una tarea difícil que generalmente se aprende cuando se cursa un posgrado. La mención oportuna de una rica lista de referencias, que demuestre la profunidad de la investigación y que dé argumentos de base para el análisis, es la exigencia constante de los tutores de tesis o directores de investigación, sobre todo cuando el estudiante apenas comienza a andar por esos caminos. 

Pero a veces deviene un juego perverso que le encanta jugar a los tutores... y todavía más a los revisores/editores de las revistas. Y de entre ellos, pocos hay más pérfidos que los que tutorean, revisan y editan en el campo de la educación. Seguro que en alguno de los círculos del Infierno (¿el de la gula?) hay un lugarcito guardado para todos ellos.

25 de julio de 2025

Tatuajes

 



Me encantó esta imagen (créditos a quien correspondan), es una divertida muestra de la perspectiva generacional sobre un tema muy actual. Me hizo pensar que si mi madre viviera, hubiera podido hacer esto mismo en los tatuajes de su nieta.

En estos tiempos los tatuajes han ganado aceptación social como símbolos de identidad personal y autoexpresión, dos valores muy típicos de la sociedad contemporánea (los millennials son la generación que más se tatúa, según dice la comunidad de artistas del tatuaje Tattoo Masters).


22 de julio de 2025

¿Cómo dice que se dice?


 

Luego de un incidente bastante cómico en una reunión de profesores por mi falta de manejo de los eufemismos mexicanos del lenguaje incluyente, me permito compartir por aquí algunas recomendaciones que me dio la colega del episodio mencionado y otras que me encontré en Internet, para ayudar a los legos como yo a entender ciertos giros del idioma que ahora hablan algunes colegues y alumnes (😂😉) (*):

Si antes usted decía

Ahora debe decir

Los jóvenes

La juventud

Los profesores

El profesorado

Alumnos

Alumnos y alumnas, o mejor, alumnes

Alumno autista

Persona dentro del espectro autista

Niños

Niños y niñas, o mejor, niñes

Amigos

Amigues

Todos

Todes

Feo

No agraciado, incómodo visual

Persona con discapacidad

Persona con capacidades diferentes

Vendedor

Ejecutivo comercial

Criada

Empleada doméstica

Mendigo

Persona en situación de calle

La presidente

La presidenta

La juez

La jueza

Curandero

Médico naturista

Despedido del trabajo

Desvinculado

Viejo, anciano

Adulto mayor, persona de la tercera edad

Pelea

Diferencia de opiniones

Miscelánea

Tienda de conveniencia

Aborto

Prevención del embarazo

Maricón

Gay

Travesti

Persona no binaria

Tener relaciones sexuales

Ir a ver Netflix

Andar calenturiento

Estar en un apuro

(*) Hago constar que en ingeniería mecánica y mecatrónica no tenemos tan arraigados estos hábitos de lenguaje y seguimos diciendo como antes se decía; eso sí, con muchos albures, dobles sentidos y humor negro.



11 de julio de 2025

Lenguaje científico y corrección política

 

Imagen: Alberto Montt, En Dosis Diarias.

Veía yo hace unos días un divertido video satírico sobre un profesor de astrofísica que intenta dar una clase sobre la formación de los agujeros negros, pero no puede porque sus alumnos se ofenden terriblemente ya que al explicar usa términos políticamente incorrectos y no incluyentes, como agujero negro, enana blanca o estrella binaria. Aunque el sorprendido maestro se esfuerza por explicar la razón científica de esos nombres desde el punto de vista de la física, sus estudiantes terminan acusándolo de supremacista blanco y discriminatorio hacia diversos colectivos.

Esta escena, que critica con humor el extremismo de muchos de nuestros estudiantes, hondamente imbuidos de conciencia social pero con cero pensamiento crítico, es algo frecuente en las aulas de nuestros días. Habrían de ver la que se arma en mis clases cuando estudiamos los rodamientos “de bolas” o calculamos “el mamelón” de un engrane. A la mayoría le da risa (dejarían de ser ingenieros), pero nunca falta quien se incomoda por la terminología y reclama. O peor si se me escapa un “todos”, en lugar de “todos y todas” o un “ingenieros”, en lugar de “ingenieros e ingenieras”. Y esto no es nada en comparación con lo que tienen que sortear los colegas que imparten materias de economía, biología o medicina.

Como señala Noam Chomsky, las tendencias actuales sobre el lenguaje políticamente correcto han terminado por imponer una tiranía ideológica en la que la gente no es consciente de lo que está sucediendo (pero le encanta participar) y, lo peor, ni siquiera sabe que no sabe. Es una dinámica de acusaciones en contra de quienes se permiten llamar a las cosas tal y como son y que imponen un freno a la expresión para forzar una sola verdad. Es, como dice el periodista Luis Cárdenas, “el discurso domesticado, donde la incomodidad –esa chispa que a veces abre los ojos- se considera violencia”. Nuestros alumnos castigan la incorrección política del profesor, aunque diga una verdad, en aras de una expresión suavecita que no ofenda a nadie o que evite hacernos conscientes de una realidad, aunque pueda ocultar una mentira… o peor, comprometer la claridad y precisión de un concepto que se está aprendiendo en clase.

¿Es mucho pedir que el estudiante universitario tenga la madurez emocional y la capacidad intelectual para oír llamar al pan, pan, y al vino, vino, sin escandalizarse? ¿Para escuchar un concepto o una opinión distinta de sus convicciones sin ofenderse ni considerarlo un ataque personal? Richard Dawkins alega que este tipo de estudiantes en realidad no está listo para ir a la universidad, espacio natural para la expresión del pensamiento y la confrontación de ideas, que no siempre son las nuestras, pero que precisamente por eso necesitan escucharse.

Por el momento, no parece que esta situación vaya a cambiar (al menos mientras sigan llegando a la universidad los integrantes de la Generación Z). ¿Qué hacer entonces?

Recuperar para el aula universitaria el lenguaje de la inteligencia, con precisión y profundidad, y por qué no, con humor e ironía, aunque sin caer en abusos ni burlas, por supuesto. Porque exigir corrección política del lenguaje sin un pensamiento crítico que lo ilumine es solo censurar.

"Sin un discurso libre no hay verdadero pensamiento" (Jordan Peterson), y sin verdadero pensamiento no hay universidad.


6 de julio de 2025

Pizzería del Bienestar

 

Los recientes –y lamentables- cambios declarados por el gobierno mexicano para la creación de la cédula de identidad con todos los datos biométricos del ciudadano (CURP Biométrica) implican que tal identificación será requerida de manera obligatoria para cualquier trámite público o privado que realice la persona (compras, salud, banca, fiscal, transporte, educación, telecomunicaciones), todo lo cual quedará registrado en una Plataforma Única de Identidad que podrá ser consultada por cualquier instancia gubernamental, incluida, por supuesto, la militar.

Es un sistema de control que permite vigilar estrechamente la actividad de cualquier ciudadano (incluso menor de edad) sin necesidad de orden judicial. Es la materialización del Gran Hermano de Orwell en su novela “1984”.

Con esto, se podrá dar en la vida real del mexicano la situación de aquel chiste de la “Pizzaría Google”, solo que ahora no solo será Google quien sepa todo sobre ti…

 

En un futuro no muy lejano...

-- ¡Pizzería del Bienestar, buenas noches!

-- Ah, discúlpeme... marqué mal...

-- No señor, marcó bien. El Gobierno supervisa las compras en Pizza Hut y ahora el servicio es más completo.

-- ¿Sí?, bueno... entonces anote mi pedido, por favor...

-- ¿Lo mismo de siempre?

-- ¿Y usted cómo sabe lo que pido yo?

-- Tenemos un identificador de llamadas. Según su calle y su número de departamento las últimas 25 veces que llamó usted ordenó una napolitana grande con jamón.

-- ¡Vaya, no me había dado cuenta! Sí, esa quiero...

-- ¿Me permite sugerirle una pizza sin sal, con ricota, broccoli y tomate seco?

-- ¡No! Detesto las verduras.

-- Su colesterol no es bueno, señor.

-- ¿Y usted cómo sabe?

-- Cruzamos datos con el IMSS y tenemos los resultados de sus últimos 7 análisis de sangre. Acá me sale que sus triglicéridos tienen un valor de 180 mg/DL y su LDL es de...

-- ¡Basta, basta! ¡Quiero la napolitana! ¡Yo tomo mi medicamento!

-- Perdón, señor, pero según nuestra base de datos no lo toma regularmente. La última caja de Lipitor de 30 comprimidos que usted compró en Farmacias Similares fue el pasado 2 de noviembre a las 3:26 p.m.

-- ¡Pero compré más en otra farmacia!

-- Los datos de sus consumos con tarjeta de crédito no lo demuestran. Usted tiene el hábito de comprar su medicamento en una farmacia que le ofrece descuentos si paga con tarjeta de crédito del Banco Azteca. Tenemos una base de datos de sus gastos con la tarjeta, hace 3 meses no ha comprado nada allí, pero sí la utiliza en otros comercios, lo cual nos indica que no la ha extraviado.

-- ¡Pagué en efectivo!

-- No podría pagar en efectivo. Aquí me sale que...

-- ¡Tengo otra fuente de ingresos!

-- Su última declaración de ingresos no lo demuestra. No queremos que tenga problemas con el SAT señor...

-- ¡Ya no quiero nada! ¡Cancele mi pizza!

-- Perdón, señor, sólo queremos ayudarlo.

-- ¿Ayudarme? ¡Estoy harto de su Plataforma, las bases de datos y la falta de privacidad! ¡Me voy a ir a una isla sin Internet, computadoras, telefonía celular ni gente vigilándome todo el tiempo!

-- Entiendo, señor...

-- Voy a usar mi tarjeta de crédito por última vez para comprar un boleto de avión y largarme bien lejos.

-- Comprendo, señor.. pero aquí me sale que su pasaporte está vencido desde hace 5 meses...


.